Control de Peso: Enfoquémonos en nutrirnos y movernos, no en restringir

El sobrepeso se refiere a un peso superior al rango "normal". Esto se determina calculando el índice de masa corporal (IMC, definido como el peso en kilogramos dividido por la altura en metros al cuadrado). El sobrepeso se define como un IMC de 25 a 29,9 kg/m2; la obesidad se define como un IMC de ≥30 kg/m2.

La obesidad grave se define como un IMC ≥40 kg/m2 (o ≥35 kg/m2 en presencia de comorbilidades). Aunque estas definiciones categóricas son útiles desde el punto de vista clínico, está claro que los riesgos que conlleva el aumento de la masa corporal varían considerablemente entre los individuos y se deben utilizar más indicadores nutricionales para brindar el tratamiento adecuado al paciente.

La obesidad es el resultado de un balance energético positivo a largo plazo en el que la ingesta de energía supera el gasto energético. Hay muchos factores que pueden contribuir al desarrollo de la obesidad, como la genética, la edad, los factores del estilo de vida, los medicamentos y los problemas hormonales.

El Rol del azúcar

El papel de la ingesta de azúcar en el desarrollo de la obesidad está despertando bastante interés en la comunidad científica mundial. Diferentes estudios han concluido que no existe asociación directa entre el consumo de azúcares y la ganancia de peso. Los estudios han demostrado que mantener el mismo contenido calórico, pero sustituir los azúcares por otros hidratos de carbono no se asocia a un cambio de peso. Estos estudios han concluido que los azúcares, como cualquier otro macronutriente de la dieta, parecen aumentar el peso corporal porque suministran energía, en contraposición a cualquier conjunto único de mecanismos metabólicos u hormonales.

Estrategias para controlar el peso

La reducción de la ingesta total de energía (calorías) y el aumento de la actividad física debe ser el componente principal de cualquier intervención para perder peso. Se sugiere elegir un patrón dietético de alimentos saludables, en lugar de centrarse en un nutriente específico. Este tipo de patrones hacen hincapié en la reducción de carnes procesadas y de los alimentos con alto contenido en sodio y grasas trans; la moderación en las carnes rojas no procesadas, las aves de corral, los huevos y la leche; y una ingesta elevada de frutas, frutos secos, pescado, verduras, aceites vegetales, cereales integrales mínimamente procesados, legumbres y yogur. Este enfoque permite una mayor flexibilidad y preferencia personal en la dieta y puede mejorar la adherencia a largo plazo.

Sobre la autora

Marcela Barillas es nutricionista clínica graduada de la Universidad Francisco Marroquín y tiene una Maestría en Educación Nutricional Comunitaria de la Universidad de Columbia en donde ha aprendido a brindar a las personas las herramientas necesarias para que puedan crear un estilo de vida saludable, balanceado y sostenible.

Fuente:

Garvey WT, Mechanick JI, Brett EM, Garber AJ, Hurley DL, Jastreboff AM, Nadolsky K, Pessah-Pollack R, Plodkowski R; Reviewers of the AACE/ACE Obesity Clinical Practice Guidelines. American Association of Clinical Endocrinologist and American College of Endocrinology Comprehensive Clinical Practice Guidelines for Medical Care of Patients with Obesity. Endocr Pract. 2016 Jul;22 Suppl 3:1-203. doi: 10.4158/EP161365.GL. Epub 2016 May 24. PMID: 27219496.

World Sugar Research Organisation, 23 Oct. 2020, https://wsro.org/.