- Fecha
- 2025-10-09 12:00:00
- Autor
- Por Esto Es Azúcar
¿Es real la adicción al azúcar?

Cuando hablamos de adicción, lo primero que pensamos es en sustancias como el tabaco, el alcohol o las drogas. La adicción se define como un proceso fisiológico y psicológico que genera dependencia y provoca síntomas de abstinencia cuando la sustancia se deja de consumir. Pero, ¿podemos aplicar este mismo concepto al azúcar?
En los últimos años se ha popularizado la idea de que el azúcar es “adictiva”, casi al nivel de las drogas. Sin embargo, la evidencia científica no respalda esta afirmación.
¿Qué dice la ciencia?
Proyectos internacionales de gran escala, como el NeuroFAST, que reunió a investigadores de siete países, concluyeron que no existe evidencia de que el azúcar, ni ningún alimento, pueda considerarse adictivo en humanos. De hecho:
- La “adicción al azúcar” no aparece reconocida en manuales médicos oficiales como el DSM-5 o la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD).
- Los estudios no han encontrado síntomas de abstinencia en humanos tras dejar de consumir azúcar.
- Tampoco se observan alteraciones cerebrales comparables a las que generan las drogas adictivas.
Placer no es lo mismo que adicción
Es cierto que comer algo dulce puede generar una sensación placentera: se activa la liberación de dopamina en el cerebro, la misma que sentimos al reírnos de un buen chiste o al hacer ejercicio. Pero esta respuesta no significa adicción, sino simplemente que estamos disfrutando.
Los alimentos dulces estimulan los sistemas de recompensa porque, desde la evolución, el sabor dulce fue una señal de energía segura y útil para sobrevivir. Por eso nacemos con preferencia por lo dulce. Sin embargo, esta preferencia no aumenta con el tiempo, sino que suele disminuir con la edad, lo que contradice el modelo de adicción.
Entonces, ¿por qué sentimos que “no podemos parar”?
Muchas veces lo que llamamos “adicción al azúcar” es en realidad una combinación de factores:
- Preferencia genética por lo dulce.
- Hábitos aprendidos, como asociar el postre con un momento de recompensa.
- Disponibilidad constante de alimentos procesados, diseñados para ser muy palatables.
En otras palabras, el azúcar no es una droga: lo que ocurre es que nuestro entorno y nuestros hábitos refuerzan el gusto por lo dulce.
Sobre el autor

Marcela Barillas es nutricionista clínica graduada de la Universidad Francisco Marroquín y tiene una Maestría en Educación Nutricional Comunitaria de la Universidad de Columbia en dónde ha aprendido a brindar a las personas las herramientas necesarias para que puedan crear un estilo de vida saludable, balanceado y sostenible.
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